Opinión. 'LOMCE'

 

El profesor para empezar es el que enseña porque es el que sabe lo que va a enseñar. La enseñanza debe tener un halo de artificio, de sensibilidad, de estética, de respeto y de dignidad a lo que se enseña, y a quien se enseña. Porque esa es otra cuestión. Las “fábricas” de maestros están llenas de estupideces procedimentales y faltas de un conocimiento de la tarea educativa tremenda. La realidad educativa está completamente fuera de los márgenes teóricos en los que se forma al profesorado. La formación del profesorado es uno de nuestros puntos débiles en la enseñanza. Debe existir mucho más exigencia en los conocimientos, mucha más conciencia social con respecto al alumnado y mucha más vocacionalidad en la tarea del maestro o profesor.

Estoy totalmente en contra de la burocratización cada día más exacerbada en las instituciones educativas. Además excesivamente partidizadas, en las que se ocupan puestos de responsabilidad educativa con menciones “a dedo” tanto de inspectores como de responsables de formación. Lo de los Cprs es una auténtica vergüenza. Los profesores nos sentimos alienados con respecto a dicha formación. O realizas los cursos que ellos tienen en su programa de innovación o te ves abocado a buscarte la vida pagando de tu bolsillo la formación académica.

La escuela no es una empresa que deba estar al servicio del mercado. Los alumnos no son futuros empleables de las empresas que controlan la mayoría de las producciones de este país y del resto. No necesitamos exceso de “titulitis”, sino personas formadas en todos los ámbitos de la vida, que sepan responder antes las injusticias y ante los atropellos de los que manejan los hilos conductores de la sociedad: el poder.

Necesitamos médicos, ingenieros, jueces, abogados, maestros, arquitectos, fontaneros, artesanos, artistas,… que además de ejercer una profesión de forma excelente, exijan y participen en una vida pública activa y democrática.

La LOMCE es una ley que matiza el eje vertebral de la Logse y sus principios ideológicos en la pedagogía. Con la logse también se cambiaron los programas para dar respuesta a la UE y al mercado laboral, no seamos ingenuos de pensar que los anteriores gobiernos han cambiado la ideología neoliberal también en la educación. La ley lo explicita bien clarito, no quieren que los alumnos sepan a secas, sino “saber hacer” obviando el conocimiento en sí mismo. Dice textualmente: “Las competencias, por tanto, se conceptualizan como un «saber hacer» que se aplica a una diversidad de contextos académicos, sociales y profesionales. Para que la transferencia a distintos contextos sea posible resulta indispensable una comprensión del conocimiento presente en las competencias, y la vinculación de éste con las habilidades prácticas o destrezas que las integran”. El bipartidismo está impreso en las diferentes leyes que se han aprobado en nuestra cada vez más, débil democracia. Las leyes educativas responden a lo que estamos acostumbrados en nuestro sistema, el “y tú más” mediático.

Con la LOGSE se bajaron los niveles académicos hasta tal punto que hemos idiotizado a las masas. Se ha extendido la enseñanza obligatoria convirtiendo los institutos en guarderías, y a los profesores en policías. Promocionan los alumnos de curso casi sin saber leer y escribir en algunas ocasiones. Esto es un insulto al propio alumno y a los demás que ven su esfuerzo no recompensado al comprobar que sus compañeros que se pasan el tiempo mirando las flores pasan sucesivamente de curso sin despeinarse, provocando con ello la desmotivación de aquellos que quieren aprender. Ello ha llevado a tener que segregar a los alumnos en diferentes clases y diversos programas llamados PCPIS, diversificación o garantía social. No debemos confundir la igualdad de oportunidades con la igualdad de capacidades. Se debe atender con dignidad a todos los alumnos según sus capacidades, concienciándolos de que existen diferencias entre nosotros que deben aceptar como seres iguales de iure, pero en ningún caso idénticos. Ese igualitarismo nos ha llevado a una mediocracia promocionada por la logse y que ahora quiere, o parece querer parar la lomce. Un error, la lomce matiza superficialmente los componentes ideológicos de las anteriores leyes con más trabas, es decir, reválidas, más exigencia de contenidos, pero mal enfocados, puesto que están orientados a la labor puramente econocimista, de preparación de futuros empleables del mercado laboral capitalista neoliberal. Quieren llevar el mal entendido liberalismo hasta las instituciones públicas, externalizando (privatizando) recursos y ofreciendo el mensaje a la sociedad de que son libres de elegir el colegio que mejor se adapte a las características de sus hijos o de sus pensamientos. De ahí la religión como optativa (mirar el curriculum de ciencias sociales, para tirarse de los pelos: “Las fuentes históricas y su clasificación. Las Edades de la Historia:Duración y datación de los hechos históricos significativos que las acotan. Las líneas del tiempo. La Península Ibérica en la Prehistoria. La Península Ibérica en la Edad Antigua. Los Reinos Peninsulares en la Edad Media. La Monarquía Hispánica en la Edad Moderna. España en la Edad Contemporánea (I): el siglo XIX. España en la Edad Contemporánea (II): los siglos XX y XXI. Nuestro Patrimonio histórico y cultural” .España desde Atapuerca hasta Dolores de Copesdal, manda güe…); o el nuevo mantra del espíritu emprendedor y tecnológico: “Las actividades económicas y los sectores de producción de España y Europa. La producción de bienes y servicios. El consumo y la publicidad. Educación financiera. El dinero. El ahorro. Empleabilidad y espíritu emprendedor. La empresa. Actividad y funciones”. Y todo esto en Primaria, en secundaria y bachillerato os lo imagináis.

Por otro lado, el director va a tener capacidad directiva para elegir al propio alumnado y al propio maestro de entre los perfiles que determinen el proyecto educativo de dicho centro. Imaginen que perfil puede tener un centro de un barrio del peri de Mérida o del barrio de los colorines en Badajoz.

La educación pública está abocada a la alineación de los poderes económicos a no ser que entre todos los paremos y realicemos, no sólo una reforma de la educación, sino una ruptura con el actual sistema suicida que nos lleva a una esclavitud cada vez mayor. El dios mercado es insaciable y necesita fagocitar a sus hijos para no dejar de crecer. El capitalismo está tocando fondo y necesita de nuevos espacios para generar crecimiento. Uno de ellos son los espacios públicos: la educación, la sanidad y la justicia. No dejemos que nos roben lo de todos.

Necesitamos un pacto social que constituya un marco de res-pública que tenga como base los Derechos Humanos (DDHH) dentro de unas instituciones limpias de corrupción y totalmente controladas por el pueblo.

Salud.

Álvaro Rodríguez Ruiz. Maestro de Primaria (E. Física) y estudiante de Filosofía en la UNED.

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