El docente en nutrición Jesús Ferrera informa sobre trastornos alimentarios


Entre los signos que alertan de la posible existencia de este trastorno están la disminución de ingesta de alimentos y la pérdida de peso en poco tiempo, los cambios de carácter y humor y rituales de jugar con la comida a fin de no ingerirla, el miedo a ganar peso, la aversión a la imagen corporal o determinadas partes del cuerpo, el realizar ejercicio físico en exceso con el objetivo de quemar todo lo ingerido, u otros síntomas físicos como palidez, mareos, calambres musculares y ocasionalmente problemas cardiacos como arritmias.

Por el contrario, la bulimia se da más en el segmento de edad comprendido entre los 16 y los 25 años, también mayoritariamente femenino. En este caso, se pueden ingerir grandes cantidades de alimentos, y muy calóricos, que luego se expulsan por el vómito inducido. Los signos de alarma son, como explica este docente: “La ingesta de grandes cantidades de alimentos que pueden ser calóricos, sin que exista ganancia de peso, la utilización de laxantes y diuréticos, el hecho de ir al baño inmediatamente después de comer o el hecho de que aparezcan lesiones en los nudillos, a consecuencia de forzar el vómito, lo que se conoce como el Síndrome de Russel”.

En ambos caso, “reconocer lo antes posible estos síntomas es fundamental para comenzar el tratamiento adecuado”.

En cuanto a la obesidad infantil, Ferrera informa de que “España tienen el mayor índice de obesidad en niños de Europa”, y que “estamos ante una epidemia, tal y como reconoce la propia OMS”. E insiste en el papel de la educación para enseñar a los menores a comer de forma sana, “pensando y teniendo en cuenta que un niño obeso sin control llegará a ser un adulto obeso, lo que conlleva patologías asociadas como la hipertensión, la diabetes o las enfermedades respiratorias”.

También ha querido advertir contra las llamadas “dietas milagro”, algunas muy famosas como la “Dukan” o la “disociada”, y que, a su juicio, tienen consecuencias como “el efecto yo – yo y aumento de la grasa, trastornos alimentarios, carencias de nutrientes importantes para la salud, daños en el hígado y el riñón en el caso de la Dukan y problemas psíquicos y sociales”.

 

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