'Coronel Truman' fotografía Ribera del Fresno desde las alturas

 

En esta ocasión pasó de subirse del balcón de ‘la Casa Amarilla’ a la cesta de la Grúa de los Hnos. Fernández Ramos, próximo a los 25 metros que le separan del suelo, para retratar los planos nunca antes vistos de la localidad pacense divisados desde la ermita del patrón, el Cristo de las Misericordias.

Para ‘Coronel Truman’, como se hace conocer en la web: “Tengo la suerte de compartir aperitivo con Juan Fernández y ambos tenemos un espíritu emprendedor. Lo complicado en fotografía es conseguir el encuadre perfecto, muchas veces queremos altura pero es difícil conseguirlo sin un dron. Gracias a los medios técnicos de Hermanos Fernández podemos elegir exactamente el lugar donde queremos disparar la fotografía”.

Pero no todo es fácil, y así nos lo hace saber, “la altura impone, realmente monto sobre una cesta que se mueve y la verdad es que da mucho respeto. En este sentido me gustaría destacar las medidas de seguridad de Hermanos Fernández, que me incorporó un arnés de seguridad extra para que todos estuviéramos más tranquilos”.

Ignacio, quien confiesa que los proyectos futuros no le gusta anunciarlos “pero sí que hay ideas interesantes”, lo que realmente quería era retratar el pueblo completo con El Cristo como punto de partida de todas las calles. Motivo por el cual tomaría varias vistas desde la parroquia Ntra. Sra. de Gracia, detalle de tejados, “aprovechamos esta oportunidad única para conseguir el máximo material posible. Teníamos muchas ganas de hacer algo así porque sobre todo es un entrenamiento para otros lugares, sin duda se consiguen planos espectaculares”.

Toda una aventura que él mismo reconoce que “lo lógico para este tipo de trabajos es utilizar drones, lo que ocurre es que montan cámaras ligeras sin la definición que pueden dar las cámaras profesionales. Se pueden montar cámaras de este peso pero son drones muy caros y, como digo, a falta de drones, buenos son camiones”.

Sin embargo, asume que el trabajo fue más rápido de lo que pensaban, “hicimos una prueba a las afueras y luego en unos 20 minutos hicimos tres ascensos. Pedimos permiso a la Policía Municipal, que en todo momento se mostró colaborativa, nos dieron pautas para señalizar el espacio de vía pública, el camión con la cesta están homologados”. Ya por último, y antes de despedirse de nosotros, este joven termina dando las gracias a Hermanos Fernández, Policía Municipal y a Rodrigo, “sin ellos esto no se podría haber realizado” porque si de algo no tiene dudas es, “lo que más me gusta del pueblo son sus vecinos”.

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